viernes, 14 de mayo de 2010

jueves, 6 de agosto de 2009

Cardumen

Por la boca muere pez, de cunetas, aguas saldas y dulces
En veredas con lenguas enredadas
Mordiendo el anzuelo, con olor a nada, a pescado
Son peces de pueblo, de ciudad, de bañera
De toilette, de living, de water pool.
Peces alboroto, por la boca siempre abierta, infectada de insectos
De agua, de muerte balbuceadora, de oráculo, de enigma acuático… Por la boca a un paso verdad, limite, poesía.
En las noches calurosas del verano
En los inviernos, los infiernos, los cielos
En las montañas los peces bailan.
En los laberintos los peces se enredan
Lo peces besan, los peces mueren.
Los peces con ganas, por las bocas se sublevan.
Maluvuela

viernes, 26 de junio de 2009

Henry Miller -Trópico de Capricornio (fragmento)



" Laura, la ninfómana, baila la rumba, con el sexo exfoliado y retorcido como la cola de una vaca.
La danza del sábado por la noche, la danza de melones que se pudren el cubo de la basura, de moco verde fresco y ungüentos viscosos para las partes tiernas. La danza de las máquinas tragaperras y los monstruos que las inventan. La danza de los revólveres y los cabrones que los usan. La danza de la cachiporra y los capullos que golpean sesos hasta convertirlos en un pulpo de pólipo. La danza del mundo del magneto, la bujía que no hace chispa, el suave zumbido del mecanismo perfecto, la carrera de velocidad en una plataforma giratoria, el dólar a la par y los bosques muertos y mutilados. El sábado por la noche de la danza vacía del alma, en la que cada bailarín que brinca es una unidad funcional en el baile de San Vito del sueño de la tiña.
Laura, la ninfómana, esgrimiendo su vagina, con los dulces labios de pétalo de rosa dentados con garras de rodamiento de bolas y culo como una articulación de rótula. Centímetro a centímetro, milímetro a milímetro empujan por la pista el cadáver copulador. Y después, ¿zas!. Como si desconectaran un conmutador, cesa la música de repente y con la interrupción los bailarines se separan, con los brazos y las piernas intactos, como hojas de té que bajan al fondo de la taza. "

viernes, 29 de mayo de 2009

Benjamin Péret


Allo

Mi avión en llamas mi castillo inundado de vino del Rhin
mi ghetto de lirios negros mi oreja de cristal
mi roca rodando por el acantilado para aplastar al guarda rural
mi caracol de ópalo mi mosquito de aire
mi edredón de aves del paraíso mi cabellera de espuma negra
mi tumba agrietada mi lluvia de langostas rojas
mi isla voladora mi uva de turquesa
mi colisión de autos locos y prudentes
mi arriate silvestre mi pistilo de cardillo proyectado en mi ojo
mi bulbo de tulipán en el cerebro
mi gacela perdida en un cinema de los bulevares
mi cofrecillo de sol mi fruto de volcán
mi risa de estanque oculto donde se ahogan los profetas distraídos
mi inundación de casis
mi mariposa de morillami cascada azul como una ola de fondo que hace nacer la primavera
mi revólver de coral cuya boca me atrae como la boca de un pozo reverberante helado como el espejo en que contemplas la huida de los colibríes de tu mirar
perdido en una exposición de lencería enmarcada de momias te amo

"Je sublime"
LUNES O MARTES
Perezosa e indiferente, sacudiendo con facilidad el espacio de sus alas, conocedora de su camino, pasa la garza sobre la iglesia, bajo el cielo. Blanco e indiferente, ensimismado, el cielo cubre y descubre sin cesar, se va y se queda. ¿Un lago? ¡Quítale las orillas! ¿Una montaña? Sí, perfecto, con el oro del sol en las laderas. Cae desde lo alto. Heléchos, o plumas blancas, siempre, siempre...

Deseando la verdad, esperándola, destilando laboriosamente unas pocas palabras, deseando siempre (se inicia un grito a la izquierda, otro a la derecha; ruedas golpean divergentes; omnibuses se conglomeran en conflicto), deseando siempre (el reloj asevera con doce claras campanadas que es mediodía; la luz vierte escamas de oro; niños se arremolinan), deseando siempre verdad. Roja es la cúpula; de los árboles cuelgan monedas; el humo sale lento de las chimeneas; ladrido, alarido, grito. «Compro metal»... ¿Y la verdad?
Como rayos orientados hacia un punto, pies de hombres, pies de mujeres, negros o con incrustaciones doradas (Esa niebla... ¿Azúcar? No, gracias... La commonwealth del futuro), la luz del fuego salta y deja roja la estancia, salvo las negras figuras y sus ojos brillantes, mientras descargan una camioneta fuera, la señorita Thingummy sorbe té en su mesa escritorio, y las vitrinas protegen abrigos de pieles.
Cacareada, leve cual hoja, rizada en los bordes, pasada por las ruedas, plateada, en casa o fuera de casa, reunida, esparcida, derrochada en diferentes platillos de la balanza, barrida, sumergida, desgarrada, hundida, ensamblada... ¿Y la verdad?
Recordar ahora junto al fuego del hogar la blanca plaza de mármol. De las profundidades de marfil se alzan palabras que vierten su negrura, florecen y penetran. El libro caído; en la llama, en el humo, en las perecederas chispas; o ya viajando, la bandera en la plaza de mármol, minaretes debajo y mares de la India, mientras los espacios azules corren y las estrellas brillan... ¿la verdad?, o bien, ¿satisfacción con su proximidad?
Perezosa e indiferente la garza regresa; el cielo cubre con un velo sus estrellas; las borra luego.


Virginia Woolf
"La casa encantada y otros cuentos"

viernes, 22 de mayo de 2009

jueves, 21 de mayo de 2009


CONVERSACIÓN CON LA ESTUFA


Está ante mí, corpulenta, panzuda, con las grandes fauces llenas de fuego.Se llama Franklin...

-¿Eres tú Benjamín Franklin?- le pregunté.

-No, sólo Franklin, Francolino. Soy una estufa italiana, una excelente invención. No caliento mucho, pero como invento, como producción de una industria muy desarrollada...

-Sí, ya lo sé. Todas las estufas con nombres hermosos calientan mucho, todas son invenciones excelentes,

algunas son productos gloriosos de la industria, como se demuestra en los prospectos. Yo las aprecio mucho, merecen admiración. Pero dime, Franklin, ¿cómo es que una estufa italiana lleva un nombre americano? ¿No es esto extraño?

-No, esto es un secreto, ¿sabes? Los pueblos cobardes tienen canciones populares en que se ensalza el valor. Los pueblos sin amor tienen obras teatrales en que se glorifica al amor. Así nos sucede también a nosotras, las estufas. Una estufa italiana tiene, la mayoría de las veces, un nombre americano, como una estufa alemana tiene, casi siempre, un nombre griego. Son alemanas y no son mejores que yo en nada, pero se llaman Eureka o Fénix o Despedida de Héctor. Esto despierta grandes recuerdos. Por eso me llamo Franklín. Soy una estufa, pero también podía ser un estadista. Tengo una gran boca, caliento poco, escupo humo por un tubo, tengo un buen nombre y despierto grandes recuerdos. Así soy.

-Es cierto -dije yo-; siento gran admiración por usted. Puesto que es usted una estufa italiana, ¿podrían asarse castañas en usted, verdad?

-Ciertamente que sí; cualquiera es libre de hacerlo. Es un pasatiempo que a muchos agrada. Otros hacen versos o juegan al ajedrez. Es cierto que se pueden asar castañas en mí. Es verdad que se queman y no hay quien las coma, pero en eso reside el pasatiempo. Los hombres no aman nada tanto como los pasatiempos, y yo soy una obra humana y debo servir al hombre. Cumplimos con nuestro deber, con nuestro sencillo deber; somos monumentos, ni más ni menos.

-¿Monumentos, dice usted? ¿Se consideran ustedes monumentos?

-Todos nosotros somos monumentos. Nosotros, los productos de la industria, somos monumentos de una cualidad que escasea en la Naturaleza y sólo se encuentra en elevada perfección en los hombres.

-¿Qué cualidad es esa, señor Franklin?

-El sentido de lo poco práctico. Yo soy, como muchos de mis semejantes, un monumento de ese sentido. Me llamo Franklin, soy una estufa, tengo una boca grande que devora la madera, y un gran tubo por el que el calor encuentra el camino más rápido para salir al exterior. Tengo, también, lo que no carece de importancia adornos, leones y otras cosas, y tengo algunas llaves que se pueden abrir y cerrar, lo cual causa mucho placer. Esto también sirve de pasatiempo, igual que las llaves de una flauta que el músico puede abrir o cerrar a discreción. -Esto le da la ilusión de que hace algo simbólico, y así es, en efecto.

-Me maravilla usted, Franklin. Es usted la estufa más juiciosa que he visto hasta ahora. Pero acláreme esto ¿Es usted una estufa en realidad o un monumento?

-¡Cuánta pregunta! Ya sabe usted que el hombre es el único ser que da un sentido a las cosas. El hombre es así; yo estoy a su servicio, soy su obra, me limito a señalar los hechos. El hombre es idealista, es un pensador. Para los animales, un roble es un roble, una montaña es una montaña, el viento es viento, y no un hijo del Cielo. Pero para los hombres todo es divino, todo es profundo, todo es simbólico. Todo significa algo enteramente distinto de lo que es. El ser y el parecer están en litigio. La cosa es una antigua invención, creo que se remonta a Platón. Una muerte es una heroicidad, una epidemia es el dedo de Dios, una guerra es una glorificación de Dios, un cáncer de estómago es una evolución. ¿Cómo podría ser una estufa solamente una estufa? No; ella es un símbolo, un monumento, un mensajero. Cierto que parece ser una estufa, y hasta lo es en algún sentido, pero desde su rostro simple le está sonriendo a usted la antiquísima Esfinge. Ella también es portadora de una idea; también es una voz de lo divino. Por eso se la quiere, por eso se la tributa admiración. Por eso calienta poco y sólo accidentalmente. Por eso se llama Franklin.
Cuentos Maravillosos
Hermann Hesse

lunes, 18 de mayo de 2009

El Marqués

Imagen Film: "Letras Prohibidas"

Imperioso, colérico, impulsivo, exagerado en todo, con un desorden en la imaginación, en lo que atañe a las costumbres, como no hubo semejante; ateo hasta el fanatismo, en dos palabras, y algo más todavía: matadme o aceptadme tal cual soy, pues no cambiaré.





Prefirieron matarlo. Al comienzo a fuego lento en el tedio de los calabozos y, después, por la calumnia y el olvido. Esta clase de muerte, la había deseado: Una vez cubierta la fosa sembrarán encima de ella bellotas para que después... las huellas de mi tumba desaparezcan de la superficie de la tierra; me complazco en pensar que mi memoria se borrará también en el espíritu de los hombres... De sus últimas voluntades, sólo ésta fue respetada, pero con un cuidado especial: el recuerdo de Sade ha sido desfigurado por leyendas estúpidas; su nombre mismo diluido en pesados vocablos: sadismo, sádico. Sus diarios íntimos fueron perdidos, quemados sus manuscritos —los diez volúmenes de sus Jornadas de Florabelle, con la instigación de su propio hijo— sus libros prohibidos. Si bien hacia las postrimerías del siglo XIX Swinburne y algunos curiosos se interesaron por su caso, fue preciso aguardar a Apollinaire para que se le devolviera su lugar en las letras francesas. Lugar que todavía se halla lejos de haber conquistado oficialmente.


"EL MARQUÉS DE SADE"
Simone de Beauvoir






Agustina de Villeblanche o la estratagema del amor (Fragmento)
"Agustina era una verdadera perdida para los hombres: alta, digna de ser pintada, con los más hermosos cabellos castaños del mundo, una nariz algo aguileña, unos dientes maravillosos y unos ojos tan expresivos, tan vivos... con una piel de una suavidad tal y de una blancura incomparable, todo el conjunto, en suma, de un tipo de atractivo tan excitante... que era evidente que al verla tan capaz de inspirar amor y tan decidida a no amar nunca, a muchos hombres se les escapaban un número infinito de sarcasmos contra una afición por lo demás de lo más sencilla, pero que, no obstante, al privar a los altares de Pafos de una de las criaturas del universo mejor dotadas para servirlos, espoleaba el sentido del humor de los sacerdotes de Venus, como es natural. La señorita de Villeblanche se reía de buena gana de todos esos reproches, de todos aquellos comentarios malintencionados y seguía tan consagrada a sus caprichos como siempre.
La mayor de las locuras -añadía- es la de avergonzarse de las inclinaciones que hemos heredado de la naturaleza; y burlarse de cualquier individuo que tenga gustos tan singulares es tan absolutamente bárbaro como lo sería el burlarse de un hombre o de una mujer tuertos o cojos de nacimiento, pero persuadir a unos necios de estos razonables principios es como tratar de detener el curso de los astros. Para el orgullo constituye una especie de placer el burlarse de los defectos que no se tienen y ese tipo de satisfacciones resultan tan gratas al hombre y especialmente a los imbéciles, que es muy raro ver que renuncien a él... Además, todo esto se presta a murmuraciones, frías ocurrencias, estúpidos juegos de palabras y para la sociedad, es decir, para una colección de seres reunidos por el aburrimiento y moldeados por la estupidez, resulta tan agradable hablar dos o tres sin decir nada nunca, tan delicioso el brillar a costa de los demás y denunciar condenatoriamente un vicio que uno está muy lejos de tener... es una especie de tácito elogio que uno se hace a sí mismo; a ese precio uno consiente incluso en unirse a los demás para formar una cábala y aplastar a aquel individuo cuya tremenda culpa es la de no pensar como la mayoría de los mortales y uno se vuelve a casa henchido de orgullo por el ingenio demostrado cuando con semejante conducta de lo único que se ha hecho gala y a fondo es de pedantería y de cretinez. "


Marqués de Sade

domingo, 17 de mayo de 2009

Fando y Lis
A. Jodorowsky

Brevedad

Toque de queda

-Quédate -le dije.
Y la toqué.

(Omar Lara)


Maluvuela dice...
Cuento breve

Él
(le pidió fuego)
Ella
(lo concedió)
Ellos
(fin)
Se quemaron...

viernes, 10 de abril de 2009

El textículo de la cuestión (fragmento)

-Sras:

Sres:

Sris:

Sros:

Srus:

En la China y en las Islas Sandwinch, nuestra educaion sexual sabe perpetrarse por medio de tres vias. No hace falta que sonrian enigmáticamente por más que hayan adivinado que acabo de aludir a Príapo, Gummo, a Zeus y a cebita.

Volguemos más cante jondo en las trimentadas vías paralelas del coñito áureo y del miembro, el que se ubica campechanamente, aunque no de manera pragmática que, justo es decirlo, hubiera sido infalible pero tambien montaraz, procaz, celeste, bordado a mano, filigranada, de luz natural, soez, carente de las mas elementales normas de higiene aptas para los equinoccios, para los soliloquios, bajando un poquito la misma luz natural de ese cuarto amarillo(o NO) que llaman clandestino y en el que reina la murciélaga del lupanar. esta dama sabe consagrarse a ciertas labores de pacífica penetracion a las que ya Leibniz habia aludido, y que tanto se asemejan a una manada de gansos pero mezclando los sexos que no son siempre todo lo apretados que se quisiera, en ocasiones aparecen ciertos flecos que conviene suprimir pues aluden al ego. Porque en el taoísmo japones el ego es anulado en un quítame de allí esas ojotas (por no hablar, damas y caballeros, del mal de ojota) ...
Alejandra Pizarnik

Bienvenida

Realmente agotadora la tarea de sostener un blog, para que esto realmente funcione hay que trabajar muy duro, esa es mi esencia... los saludo... bienvenidos todos aquellos, benditos y malditos y bienaventurados...bienaventurados los castos porque tienen la gracia divina y la ocasión de dejar de serlo a la vuelta de la esquina.